
El problema reside en que Windows 8 poseerá dos variantes, una clásica, muy parecida a la de los precedentes que iría más orientada a los PCs y otra llamada metro, que estará más orientada a los nuevos aparatos tecnológicos que se han consolidado ya en el mercado como son las tablets y los teléfonos de pantalla táctil y que se empieza a considerar como un gran avance tecnológico. Esta última variante es la que parece que dará problemas ya que Microsoft no revela grandes datos de cómo va ser y por tanto los desarrolladores de software ven bastante complicado desarrollar sus programas preparados para él.
Todo parece apuntar a que se trata de una estrategia de la empresa para recuperar el terreno perdido ante otras empresas de software como pueden ser Google y Mozilla, haciendo que su navegador, Internet Explorer, parta con ventaja en su diseño ante las otras empresas, que actualmente han optado por hacer compatibles sus versiones clásicas para metro.
Por otro lado, Opera está estudiando la posibilidad.
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